Sueldo mínimo, sueldo ético, sueldo digno...whatever.
No importa el nombre que se le dé. El tema del sueldo mínimo va a ser siempre un dolor de cabeza.
Sin duda alguna, la proposición de Monseñor Goic no dejó indiferente a nadie. Mientras unos la acogieron con suspicacia y cautela frente a los propios intereses, otros la vieron como un no despreciable salvavidas frente al creciente y cada vez más violento descontento social.
Ya me imagino como estará de contento el actual gabinete de gobierno (nótese que se hace alusión a esta entidad y no a la cabeza que la conformó, que es completamente insensible y sigue los designios de sus propios subordinados). Inflación al alza, huelgas y descontento social galopante agobian a nuestras estimadas autoridades quienes, como en innumerables ocasiones anteriores, han de utilizar cualquier medio de comunicación al alcance para desviar la atención de la masa...en su totalidad.
Y es que el denominado “quinto poder del Estado”, entiéndase “medios comunicacionales estatales y simpatizantes de gobierno” ha cumplido muy bien su tarea despistante y ensombrecedora de la realidad para la cual existe (basta recordar a Paul Schaeffer, Pinochet, Claudio Spiniak, las cuentas de Pinochet, las viejecillas marihuaneras, la casa de Pinochet, los “Femicidios” (palabra inexistente según la RAE), el auto de Pinochet, el papel higiénico de Pinochet, entre muchos otros temas memorables a lo largo de la historia).
Por estos días, los medios comunicacionales y las autoridades políticas, económicas, eclesiásticas e intelectuales nos han deleitado con una exquisita muestra de frívola civilidad. La Presidente de la República logró convocar a numerosos personajes de la fauna nacional para conformar el denominado Comité Asesor “Hacia un Chile más justo”. En mis escasos años de existencia, jamás vi un grupo más heterogéneo. ¿Será bueno o no? Esa es la pregunta clave. Hasta el momento, por lo menos, ayuda a renovar la imagen decrépita, jurásica, obsoleta y anacrónica de la izquierda chilena (centro-izquierda para quienes se sientan ofendidos).
Sin embargo, lo que más me extraña -y preocupa- es la ausencia del presidente de la central unitaria de trabajadores y de los altos representantes del empresariado. ¿Qué sentido tiene montar una obra teatral sin los protagonistas? ¿Alguien se imagina “Romeo y Julieta” sin Romeo ni Julieta? Francamente, me suena...excéntrico y desafiante, por decirlo de alguna manera.
Esperemos que este grupo de intelectuales izquierdistas, sacerdotes idealistas (y hasta un poco románticos), ministros reciclados y derechistas pasados de moda y agotados (una vez más, “centro-derechistas” para los que se sientan ofendidos) logren desarrollar un debate enérgico, consecuente con la justicia y enfocado en su fin primordial.
Pidamos al Señor (o al azar en su defecto, para mis lectores no creyentes) que el susodicho consejo no caiga en el eclecticismo superficial de políticas y puntos de vista económicos discordantes. Recemos (o crucemos los dedos) de modo que la demagogia para mendigar votos y el “calentamiento de sillas”, tan común en el ghetto político, no se impongan sobre el hasta ahora desinteresado amor por la justicia e igualdad.
Por lo menos en algo estamos todos de acuerdo... nadie puede vivir dignamente y mantener a su familia con 144 mil pesos. Esperemos que el diálogo, la buena voluntad y la diligencia se impongan para lograr la solución más conveniente para todos, así como se impondrá cuando los honorables de la Cámara aumenten sus asignaciones en 440 mil pesos dentro de unos días más. ¡Francamente!...
...En fin, como dice mi padre, “de todo hay en la viña del Señor”.
Sin duda alguna, la proposición de Monseñor Goic no dejó indiferente a nadie. Mientras unos la acogieron con suspicacia y cautela frente a los propios intereses, otros la vieron como un no despreciable salvavidas frente al creciente y cada vez más violento descontento social.
Ya me imagino como estará de contento el actual gabinete de gobierno (nótese que se hace alusión a esta entidad y no a la cabeza que la conformó, que es completamente insensible y sigue los designios de sus propios subordinados). Inflación al alza, huelgas y descontento social galopante agobian a nuestras estimadas autoridades quienes, como en innumerables ocasiones anteriores, han de utilizar cualquier medio de comunicación al alcance para desviar la atención de la masa...en su totalidad.
Y es que el denominado “quinto poder del Estado”, entiéndase “medios comunicacionales estatales y simpatizantes de gobierno” ha cumplido muy bien su tarea despistante y ensombrecedora de la realidad para la cual existe (basta recordar a Paul Schaeffer, Pinochet, Claudio Spiniak, las cuentas de Pinochet, las viejecillas marihuaneras, la casa de Pinochet, los “Femicidios” (palabra inexistente según la RAE), el auto de Pinochet, el papel higiénico de Pinochet, entre muchos otros temas memorables a lo largo de la historia).
Por estos días, los medios comunicacionales y las autoridades políticas, económicas, eclesiásticas e intelectuales nos han deleitado con una exquisita muestra de frívola civilidad. La Presidente de la República logró convocar a numerosos personajes de la fauna nacional para conformar el denominado Comité Asesor “Hacia un Chile más justo”. En mis escasos años de existencia, jamás vi un grupo más heterogéneo. ¿Será bueno o no? Esa es la pregunta clave. Hasta el momento, por lo menos, ayuda a renovar la imagen decrépita, jurásica, obsoleta y anacrónica de la izquierda chilena (centro-izquierda para quienes se sientan ofendidos).
Sin embargo, lo que más me extraña -y preocupa- es la ausencia del presidente de la central unitaria de trabajadores y de los altos representantes del empresariado. ¿Qué sentido tiene montar una obra teatral sin los protagonistas? ¿Alguien se imagina “Romeo y Julieta” sin Romeo ni Julieta? Francamente, me suena...excéntrico y desafiante, por decirlo de alguna manera.
Esperemos que este grupo de intelectuales izquierdistas, sacerdotes idealistas (y hasta un poco románticos), ministros reciclados y derechistas pasados de moda y agotados (una vez más, “centro-derechistas” para los que se sientan ofendidos) logren desarrollar un debate enérgico, consecuente con la justicia y enfocado en su fin primordial.
Pidamos al Señor (o al azar en su defecto, para mis lectores no creyentes) que el susodicho consejo no caiga en el eclecticismo superficial de políticas y puntos de vista económicos discordantes. Recemos (o crucemos los dedos) de modo que la demagogia para mendigar votos y el “calentamiento de sillas”, tan común en el ghetto político, no se impongan sobre el hasta ahora desinteresado amor por la justicia e igualdad.
Por lo menos en algo estamos todos de acuerdo... nadie puede vivir dignamente y mantener a su familia con 144 mil pesos. Esperemos que el diálogo, la buena voluntad y la diligencia se impongan para lograr la solución más conveniente para todos, así como se impondrá cuando los honorables de la Cámara aumenten sus asignaciones en 440 mil pesos dentro de unos días más. ¡Francamente!...
...En fin, como dice mi padre, “de todo hay en la viña del Señor”.